martes, 3 de julio de 2007

Azotea

Recuerdo ese piso 16, donde estaba tu familia y otros desconocidos. Las luces del nuevo año iluminaron un fuerte pero amable abrazo. Recorrían las palabras de mi corazón al tuyo. Te hice una promesa que quebré un tiempo después.

Hasta que volvió ese piso 16. Ese día frío y con neblina, pero que sentí más caluroso que nunca. Sentí compañía, sentí una promesa pendiente, volví a escuchar esas letras de canciones que me regalaste.

Tienes razón el mañana es futuro, el futuro es incierto. Y el beso que me das, es presente, el mismo que quiero para mi futuro. Pero creo que por una vez en mi vida, dejaré de escribir la historia con antelación y dare la opción a estos ojos, los mismos que brillan con tu silueta, que vean y guarden la historia como es y no como creo que será.

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